La Pelada de la Cañada era el fantasma más temido a lo largo de los siglos.
Aparecía, en el calicanto de la Cañada, entre las calles Duarte Quirós, Montevideo y Bulevar San Juan, en lo que hoy es Pueblo Nuevo-Güemes, de repente en medio de la oscuridad y perseguía al desprevenido con un llanto que hacía conmover a cualquiera.
Los vecinos que tenían sus ranchos en la rivera de la cañada, se encerraban en sus casas al repicar las ocho campanadas de Santo Domingo en los anocheceres de invierno.
Datos a tener en cuenta
Autor:
Sebastián Zapata, Guía de Turismo
Rincones Curiosos de Córdoba
Tematica:
Historias urbanas
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Sebastian Zapata
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