La caña, la ruda, las ofrendas, la madre tierra la celebración se hace presente.
La Pachamama es un ritual con una tradición que sobrevive en el tiempo, en cada rincón de esta parte del hemisferio sigue en pie. Te invito a conocer esta celebración que se festeja en el comienzo del mes de agosto.
En mi caso era la primera vez que participaba de este ceremonial a la madre tierra, para ello me dirigí a la localidad de Salsipuedes, el lugar la Casa de Olga, es el espacio cultural comunitario Wiphala.
Allí me recibió Cristian, quien me introdujo en el ritual que estaba por presenciar, de pronto muchos visitantes comenzaron a llegar, algunos conocidos otros no tanto. Y entre ellos, al igual que yo, era su primer acercamiento al festejo.

La Pachamama.
Es conveniente ponernos en situación, y conocer que es una divinidad protectora y proveedora, posibilita la vida y favorece fecundidad y fertilidad.
Representa a la tierra, aunque no solo el suelo, la naturaleza, es su conjunto. Y no se ubica en un lugar específico, pero se concentra en manantiales, vertientes o apacheta.
El ritual es la challa o tributo, y se realiza tradicionalmente el primer día de agosto, aunque se extiende a lo largo del mes.
Al momento de la celebración se cava un hoyo y se da de comer y beber a la Pachamama depositando, como parte de la ofrenda, hojas de coca, chicha, semillas, alcohol, frutas y cigarrillos, entre otras.

Caña con ruda en ayuna.
Una de las bebidas que es parte de los festejos es la mezcla de la caña blanca paraguaya o ginebra, con una variedad de hojas de ruda. Se debe beber en ayunas.
Se trata de una medicina ancestral que mejora la salud y atrae la buena suerte, otro de los atributos es como desparasitante.
Se toma en sorbos impares, un trago largo, o bien tres o siete.
A continuación entrevista a Ponciano Espinosa
Pachamama: una tradición que sobrevive
Comparto en imágenes mi primera celebración a la Pachamama

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