Es el encuentro con tonada cordobesa, un recorrido por los rincones que tienen algo más por decir, es nuestro patrimonio que recobra vida, no es una noche más.

La noche de los museos quedo atrás, dejándome esa sensación de que lo di todo!, tratar de cumplir lo planificado, descubrir un nuevo espacio que tiene algo de mi Córdoba.

Desde hace 5 años que mi agenda tiene un día, más bien una noche, reservada para atesorar nuevos relatos en algún rincón de la ciudad.

Es importante saber que este evento es provincial, eso quiere decir que tengo mi deuda pendiente para conocer, en otro contexto, un museo de otro paraje.

En cada edición se renueva la propuesta de cada lugar, innovando en la modalidad de dar a conocer el contenido del espacio.

El desafío en cada presentación es mayor, buscando no solo que el vecino cruce la puerta de un museo, sino que se sorprenda con el contenido que propone ese lugar.

En lo personal es todo un preparativo, más allá del interés que tengo por lo que me rodea, planifico, con algo de tiempo, el recorrido a realizar.

Acá aparece la loca sensación de curiosidad, y a partir de ella selecciono los puntos que tendré como destino.

Puede ser un lugar ya visitado, de seguro la actividad que se programó sea distinta a la edición anterior, a ello un ámbito que no he conocido.

Son cuatro, si!!! Son cuatro los espacios que me propuse visitar en la Noche de los Museos!!, aunque solo pude recorrer tres.

Este fue el circuito nocturno que realice, 3 lugares a los cuales voy a volver con seguridad, espacios que me transmitieron misterio y admiración.

El recorrido comenzó en el Museo del Banco de Córdoba, Arq. Francisco Tamburini, sobre la calle San Jerónimo, a metros de la plaza San Martín.

El edificio es el primero desarrollado como entidad financiera, a fines del siglo XIX, en América Latina.

Hacia 1873 comenzó su actividad el primer banco de la provincia, siendo la misión inicial la de proporcionar dinero a bajo interés a todos los sectores sociales.

Los detalles constructivos son su impronta, 2 años se tardó en levantar el edificio, siendo inaugurado en 1889.

Su estilo arquitectónico es europeo y de la época, su interior es maravilloso, desde el vestíbulo a su hall central.

A primera vista, las cajas de atención a clientes, aunque te invito a levantar la mirada y llenarte los ojos con el imponente vitreaux, el cual es acompañado por diversos simbolismos.

Me quedé con ganas de más, pronto voy a volver, querés ir, link

El próximo destino, una casa que luego de muchos años abrió sus puertas a la sociedad, en realidad la primera vez.

Cruce todo el centro, rumbo a la calle igualdad al 80, a una cuadra del río Suquía, por detrás del Mercado Norte, allí se encuentra la casa de la Masonería en Córdoba. 

Logias, masones, hermanos, secretismo, enigmas, fantasías, un sin fin de palabras para definir lo que estaba por visitar.

El tiempo se agotaba, y solo me daba lugar para visitar la casa de los Galíndez, ubicada en la intersección de General Paz y La Rioja.

Hoy es la Casona municipal, la cual alberga relatos con tonada cordobesa, algunos de ellos fantasmales.

Llegue sobre la hora, una nueva actividad estaba a punto de desarrollarse junto a una visita guiada, estimo la última, aunque los habitantes de la casa estaban muy predispuestos.

Un baile en el balcón principal, daba la bienvenida al lugar, aunque la acción principal se daría en la sala principal del inmueble.

La historia de los Galíndez, de la casa y sus fantasmas, era el centro de la puesta artística, los visitantes disfrutando a pleno.

Creo que la experiencia es más gratificante cuando podés formar parte de la escena, algo que se cumplió.

El reloj marcaba pasada las 0 hs, y como cada año me encanta ir al observatorio Córdoba, donde cada año se realiza el cierre de la noche de los museos.

El lugar ideal para admirar el cielo cordobés, descansar un rato en el parque y entrarle a un choripán.