Pedimos permiso y contamos la historia de Marcos Domínguez, un humilde custodio del gran Champaquí.
Baqueano de la zona de los Hornillos, Víctor Ortega, ha conocido a Marcos desde que llego a este mundo, “Él me ha tenido a upa, es como si hubiera sido mi padre”
De esta manera iniciamos la charla con la intención de conocer detalles de la vida de Don Marcos Domínguez.
Nos comenta que morar en el lugar tiene sus dificultades, más allá de estar ubicado en un espacio bellísimo, con paisajes maravillosos, el conocido puesto cerro negro se encuentra alejado de zonas urbanas, así también no cuenta con elementos básicos, a los que estamos acostumbrados. “Para ir al baño tenías que caminar 20 o 30 mts. de noche”
Piedras y paja es el ámbito que muestra el paisaje para el lugareño, senderos que solo permiten el paso para cabalgatas y caminatas.
Hasta los 90 años se lo veía bajar montando su caballo, acompañado por un par de mulas que le servían para cargar luego los víveres
Marcos Domínguez, una sonrisa eterna.
Víctor tiene la mitad de edad de nuestro personaje, y lo acompaño a lo largo de toda su vida, “era un padre para mí”,
Cuenta que llego a la zona hacia el año 1947 y en 1950 ya estaba establecido al pie del Cerro Negro.
“Fueron más de 50 años de vida en un ranchito muy sencillo, desde allí te esperaba con la sonrisa eterna, la picardía sana”, agrega.
Continúa, “No tenía enemigos, no tenía un día triste, siempre era alegre, contaba anécdotas, algún chiste campero.Pasara lo que pasara el la llevaba de otra forma”
Lo conoció a los 10 años cuando lo visito en su ranchito, a partir de allí estuvieron muy ligados por todos estos años.
Al conocerlo, relata el baqueano, te das cuenta de que es una gran lección de vida, vos allá arriba hablabas con él y te dabas cuenta de que las cosas con la que renegás en tu casa en la diaria, él no tiene nada. “Te hacía ver la vida de otra forma”
Rosario, tras enviudar, fue la compañera de Marcos, hasta que la muerte la sorprendió hace unos quince años.
Fue su sobrino Jorge, quien junto a su familia cuidaron a Don Domínguez a lo largo de todo este tiempo.
Un lugar único, al pie del Cerro Negro.
Hay distintas formas de llegar a la cima del techo cordobés, al cerro Champaqui, y la mayoría de los aventureros desean en su itinerario el paso por el puesto cerro negro, para conocer a Marcos.
Señala Víctor que Los hornillos, se encuentra justo a la mitad de trayecto entre Mina Clavero y Villa Dolores, por RP 14 a 1100 msnm.
Desde la localidad se puede acceder al cerro Negro y también al Champaquí ya sea caminando o a caballo. Es uno de las distintas opciones que tenemos para llegar al techo cordobés.
Es un paisaje muy bonito, la forestación es poca, hay tabaquillos de cientos de años, también encontramos el mimbre y el sauce pero no son nativas. El resto es piedra, tierra y paja,
No tuve la posibilidad de conocerlo, aunque si sus historias, su templanza, su humildad. Ni el tiempo, ni la distancia harán imborrable su paso allá, allá… Bien arriba… allá en el techo cordobés.
A continuación la charla que mantuvimos con Víctor Ortega e el programa Dejate llevar, que se emite los s{abados de 19 a 21 hs por la radio web de turismo.
Agradecemos la colaboración para en esta nota a Clara Álvarez Moncada, guía de Turismo Alternativo.
Las imágenes son gentileza de Clara