Entre la espiritualidad y el legado jesuita.

Con un gran número de visitantes y familias, la Estancia jesuita fue él ámbito perfecto para los festejos Patronales en Santa Catalina.

La celebración tiene su historia, es una tradición desde 1622 cuando se afincaron los curas en esta región del norte cordobés.

Esta construcción patrimonio de la humanidad, la única de carácter privado que pertenece a la familia Díaz, cada 25 de noviembre se convierte en el punto de encuentro de feligreses. Este año se pospuso para el domingo 1º de diciembre.

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Los festejos se extendieron a lo largo de toda la semana culminando el domingo con distintas actividades y la tradicional procesión por los caminos de tierra.

El agente pastoral de la parroquia de Jesús María, Juan Carlos Zarate, contó que la devoción es a la Santa Catalina de Alejandría y desde los tiempos de los jesuitas se festeja, con un tinte más espiritual que comercial.

Los visitantes que participan de la celebración, buscan tranquilidad, compartir en familia y vivenciar el momento con mucha espiritualidad.

Juan Carlos cuenta “la fiesta de la Santa es más bien de estirpe espiritual, no ha trascendido en lo turístico, la gente tiene un celo muy particular para mantener lo espiritual”

¿Quien es Catalina de Alejandría?.

Santa Catalina de Alejandría, es muy popular, nos cuenta Juan Carlos “que en Córdoba tiene una importancia singular, ya que es la patrona de los abogados, de los estudiantes y un sin número de fieles que se reflejan en ella a la hora de peticionar alguna una gracia”.

Además nos comenta, “es una santa que ubicamos dentro del siglo II D de C, es virgen y mártir, porque ha sufrido el suplicio de la muerte en mano de Maximino, emperador de Egipto, porque es oriunda de ese lugar, Alejandría, pertenecía a una familia noble y luego se convierte al cristianismo, y ella mismo convierte a los que fueron sus cuestionadores de fe en ese momento, de esta manera se suma a la lista de mártires de la iglesia”.

Los festejos en el paraje, la procesión

La imagen de la Santa es trasladada desde la iglesia, y va recorriendo un camino vecinal que pasa frente a la estancia, el mismo que une distintos parajes de la región del lugar, Colonia Hogar, Agua de las piedras, cañada rio pinto, La Pampa, Ascochinga.

La procesión es acompañada por distintas agrupaciones gauchas a caballo, como así también de fieles convocados para el festejo.

Es un momento único, Santa Catalina cruza la gran puerta y a partir de allí la espiritualidad se apodera del lugar.

Es un camino que tiene un legado histórico de más de 400 años, un encuentro que no ha perdido su tradición. Esto lo hace diferente.

El retorno es realmente asombroso, se pone de manifiesto la gran devoción de los lugareños y fieles.

La columna de gauchos a caballos va abriendo paso en el trayecto y de a poco ingresando al casco de la estancia, por detrás la imagen y los devotos.

Ya en la explanada el saludo final antes de que Santa Catalina de Alejandría retorne a su casa.

A continuación la entrevista realizada a Juan Carlos Zarate, Agente pastoral de la parroquia de Jesús María