Museo Del Carruaje, por el rescate de historias y sus personajes

Sobre la RP 5, en Villa Ciudad Parque, nos encontramos con el Museo del Carruaje que cuenta el legado del transporte y anécdotas que lo acompañan.

De madera, de hierro o la combinación de ambas, para el campo, el paseo, como asistente de veterinarios, inclusive los más llamativos como los fúnebres.

Los carruajes, medios de movilidad por tracción a sangre, han sido parte de la historia argentina y junto a ello el relato del pasado.

En la localidad de Villa Ciudad Parque está ubicado el Museo del Carruaje, el lugar contiene una carga anecdótica muy fuerte.

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Sobre la RP 5, y con un paisaje que asombra de un lado las sierras grandes, algo tapadas por la vegetación, del otro lado las sierras chicas, perfectamente visibles.

Asi lo relata Marianne Dick, propietaria de este predio, junto a Pablo Rapisarda, su esposo, encargados de acompañarnos en este paseo.

Al sitio se puede llegar en cualquier medio de movilidad, hasta en helicóptero pueden llegar al predio, sentencia nuestra invitada. (entre risas)

Un dato para sumar a la visita, y que se relaciona con el espacio, es que podemos acercarnos a reseñas de la vida de un cordobés que viajó en el Titanic.

Tal lo menciona Marianne, “no fue fácil”, “plata no teníamos, si lo hubiéramos tenido hubiese sido más fácil”

Es en Villa General Belgrano, donde todo tiene su inicio, en ese momento una docena de carruajes formaba parte del sitio.

El museo tiene 32 años de vida, sus comienzos datan del año 1987, y su inauguración se realizó tras una modesta exposición en 1988 en la villa alemana.

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Conseguir los vehículos, “esta para escribir un libro”, reflexiona, “primero había que localizarlos, luego ver la forma de traerlos al museo”.

Recuerda Marianne, “el primero lo obtuvimos a cambio de una motito”, este fue el comienzo, muchos por canje, posterior a ello las donaciones.

Llega la mudanza al nuevo predio en el 2004, sobre la RP 5, una casa que tiene un fuerte estilo colonial bellísimo, dentro de un paisaje serrano que enamora.

Es realmente un espacio histórico, cultural y costumbrista, cada vehículo tiene algo por contar, es ahí donde la mixtura se visibiliza.

“Nosotros no guiamos al visitante” se encarga de afirmar, “lo acompañamos, es la fortaleza más grande que tiene el museo, ya que hacemos cada visita de forma personalizada”

En este punto comienzan a manifestarse relatos del pasado que acompañan al vehículo tirado por caballos y bueyes.

Uno de ellos da cuenta, de un carruaje que se trajo de la estancia el durazno, cerca de Río Cuarto, donde funciona la escuela agrotécnica San Ambrosio.

Perteneciente a Ambrosio Olmos y su esposa, Adelia María Harilaos, que ella lo utilizaba ya viuda, en aquel campo.

Los administradores del lugar eran ingleses, tuvieron sus 8 hijos en la estancia, “y como buenos ingleses los mandaban a Inglaterra a estudiar”, cuenta Marianne.

Uno de ellos, el más chico se llamaba Edgar… 

A continuación la charla que mantuvimos con Marianne Dick en el programa Dejate Llevar que se emite los miércoles de 19 a 21 hs.